El trabajador inmigrante y algunos grados centígrados de más. El inmigrante parece ecuatoriano. O boliviano. Hace calor. Demasiado. Las chicharras tocan su acorde veraniego mientras nos resbala el sudor. Desde su espera en los andenes, el inmigrante con pintas de trabajador porta una camiseta de tirantes apelmazada bajo sus axilas, de forma que todos los que subimos con él al tren podemos contemplar en un encuentro cómico y espontáneo unos flácidos pectorales. Esta comicidad se ve acentuada por su sonrisa amplia, fatua y omnipresente. Su rostro aunque ya profuso en arrugas no parece denotar que este hombre posea más allá de treinta años. Dos elementos evocan tintes infantiles en su aspecto: Una gorra de propaganda de Cutty Sark que, debido a la gran mata de pelo de la que hace ostentación, parece "flotar" sobre su cabeza. Y una cartera escolar que no aleja de su lado.. ¿Posible destino? Trabajo, sin duda... (c) Por Eric F. Luna. |
Irene Muriel, artista
5 months ago
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