Era un matrimonio amigable, noble y honesto, y nunca habían tenido ningún problema con sus amigos, vecinos, ni con la sociedad. Ella se llamaba María, era una ama de casa sincera, dulce y cordial, además de excelente esposa. Él era José (el primer Pepe de la historia), el cual poseía una empresa de carpintería, y todo el mundo lo conocía como un hombre gentil, trabajador, generoso y afable. La estabilidad del matrimonio en general, y la comprensión de José en particular, fueron escrutados por un tedioso acontecimiento que María confeso a su esposo. Había quedado embarazada una mañana mientras José se encontraba trabajando. Los hechos se produjeron cuando ella recibió la visita de un misterioso hombre llamado Ángel. El hijo fue concebido por obra y gracia de la inseminación artificial, no hubo acto sexual, por lo que le pusieron el apodo de “la virgen”. José pensó en no pedir el divorcio ni deseo que su mujer abortase, y decidió que alumbrase a Jesús, así se llamaría el niño, cuyo nombre fue elegido por Ángel. El nacimiento se produjo en un precario motel durante un viaje del matrimonio. La habitación carecía de luz, agua, teléfono, y televisión, además la única ventana estaba orientada a una pequeña granja, en la cual se observaba la presencia de un buey y una mula. La familia recibió la visita de los pastores de la granja y de tres monarcas, los cuales llegaron guiados por el GPS. Sobre la infancia de Jesús se podrían contar muchas anécdotas, como aquella vez que se perdió en el museo cuando fue con sus padres a visitarlo, o cuando en el banquete de una boda civil encontró los toneles de vino. De mayor se convirtió en el líder de un grupo de amigos, dicho grupo iba de pueblo en pueblo dando conferencias sobre la globalización, la investigación con células madre, el cambio climático… El desenlace final de su vida comenzó cuando fue traicionado en el monte de los olivos mientras el grupo debatía sobre la evolución de la especie. Fue detenido por diferentes altercados públicos. Durante el juicio falleció, pero realmente sufrió un episodio de catalepsia, y a los tres días volvió a la vida. (c) Por Águila. |
Irene Muriel, artista
5 months ago
3 comments:
El autor de este relato dejó en mis manos la decisión de publicarlo o no.
Este blog, como ejercicio de escritura, no entiende de censuras (a menos, claro está, que se trate de ofensas abiertas por motivos de raza, sexo, ideología...)
De tal modo que ahí va esta cómica visión de un profeta en nuestros tiempos.
Gracias Águila por tu aportación.
Seguimos dándole a las teclas.
Ufff, que mal estoy…
Eric, borra el segundo comentario de forma definitiva.
Este también elimínalo
Gracias
Post a Comment